sábado, 13 de abril de 2013


Mientras tanto, en otra esquina de la mente del dibujante, en otra página de la libreta, el periscopio de la nave alienígena observa amorosamente el nuevo mundo. Llueve mar adentro y para quien mira por primera vez es un milagro absoluto.

Por fin logré zafarme del cuartito donde alucina el cuidador de la planta. Temí quedarme allí hasta el fin de los matachos de la libreta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario