lunes, 18 de abril de 2016









Entonces la tecnología fue convocada para ayudar en la investigación. Mientras sorbían bebidas frías en una tienda cercana, la jefa de detectives ordenó que el veedron sobrevolara el área en busca del hombre de los ojos desorbitados, de cuya abducción nada sabía por no haber interrogado al gato de cinco patas. Igual, nada vio el veedron, pero el aire estuvo un buen rato enrarecido por los breves chirridos de su aleteo metálico.
(Esta historia empezó hace tres entradas y continuará)



1 comentario:

  1. Pero la mirada, era simplemente observadora? O tal vez inquisidora? No sería eso lo que enrarecía el ambiente?

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