domingo, 24 de abril de 2016


El hombre en los puros huesos, con sonrisa desfigurada a besos, estrellas peregrinas en las manos, ojos clavados en el entresijo y zapatos de nefelibata, fue trasladado a un sanatorio. Ante semejante enigma irresoluto la jefa de detectives quedó muy inquieta en mitad del campo de alfalfa hasta que, poco a poco, una brillante idea burocrática fue alzando vuelo en mitad de su turbante: trasladar el caso a la Unidad de Víctimas Especiales. Así recobró la calma. Ordenó a sus subalternos organizar la breve indagación en una carpeta que por el camino se extravió.  
(Esta historia empezó hace cinco entradas y aquí termina. Fin)


1 comentario:

  1. Sonrisa, besos, estrellas, soñador resguardado en un sanatorio especial para nefelibatos. Voto porque el siga soñando y la abducción será con el tiempo un mito fundacional de alocados soñadores.

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