martes, 5 de abril de 2016

 Puestos en el lugar de los hechos, largamente admiraron los detectives las cúpulas del templo cercano, distraídos como turistas. Se les escapó del todo que las sombrillas se desplegaron sobre las puntas de las cúpulas de manera simultánea a la abducción del hombre de ojos desorbitados, de la cual fue testigo el gato de cinco patas.
(Esta historia empezó hace dos entradas y continuará)


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