sábado, 13 de octubre de 2012


Por esta vía llegó a su mente un conocido relato de la tradición oral, repetido incansablemente en las charlas madre-hija, padre-hijo, docente-alumno, entre pares, etc., que narra el triste destino de la nave de los utopistas, devorados con todo y nave por el voraz principio de realidad. 

Primero apareció en la libreta el submarino explorador. Inmediatamente convocó la aplastante presencia del monstruo de dientes afilados. Presionados significativamente por el contexto de los matachos anteriores, estos dos personajes adquirieron los caracteres arriba señalados.


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