miércoles, 28 de agosto de 2019


Parado en la rama, el ángel de la espiral aprovecha la oportunidad de observar esta esquina del universo. Como lo índica el símbolo en su pecho, harto sabe de su creación y evolución. Tiene un mucho de pájaro y nada de afán.

Apareció sin más en la libreta nueva como si efectivamente estuviera esperando la oportunidad de materializarse por aquí y darle un vistazo al mundo desde las montañas de Tinansucá, en cuyas faldas se encuentra Mirapalcielo.



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