miércoles, 23 de enero de 2019


La Señora Pez surgió así: resulta que entramos con la Mona a un lugar en el pueblo donde hacen trámites de tránsito y venden elementos de papelería. En la vitrina estaban esos marcadores haciendo ojitos. Los vi y me resistí a sus encantos, pero la Mona me vio la gana y me los compró. Tan pronto estuvieron a tiro de libreta se alborotaron y se amangualaron con los sharpies que me regaló Dora cuando estuve en la clínica hace un par de años, con los colores que la prima Lulukas le regaló a Esteban cuando era muy niño (desde hace 25 años se los cuido para que no se le dañen) y con el color de todos los colores que me regaló Nancy, mi cuñada profesora. Entonces empezó la rayadera que terminó en esta señora pizpireta con cartera de reina de Inglaterra y la aleta dorsal llena de alevinos, rodando oronda por la playa frente a una ciudad que la ve pasar con todas las ventanas. Así las cosas. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario