Esta fornida ángela de la guarda brotó de la punta de la pluma y se posó en mi libreta de forma rotunda. Tiene algo de estatua aunque el viento le mueve el pelo y es evidente que soporta bien las inclemencias del clima. Como las ángelas, como las estatuas. Lleva con gracia de garota su pareo y me causa gracia preguntarme si las ángelas usan pantaletas.
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