jueves, 18 de diciembre de 2014


Sobre la ciudad desteñida los coloridos chiros se orean y aletean en la brisa de la tardecita.

Una versión anterior de los chiros está en mi carpeta de presentación personal. Sirven para recordarme que en cualquier momento hay un instante de felicidad explosiva.También me gusta pensar que el oficio de comunicar consiste en sacar algunos chiros indispensables al sol. 



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