miércoles, 26 de septiembre de 2012



Mientras pescaba, dos cartas le salieron al azar al pescador. Primero el entresijo, luego el mirón. Dedujo que el consejo de la baraja era "mirar con el ombligo". En la libreta primero apareció la espiral, meses después el ojo pez. Los elementos en las esquinas convirtieron estos matachos en cartas de un tarot que está por hacer.


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