En equilibrio sobre la barandilla del balcón, el gato de manto de pepas acecha las flores que es como decir que acecha al colibrí. Anticipa su extático vuelo verde tornasolado y su corazón desbocado entre sus fauces. Entre tanto, mira a la mujer sin reparar en el pájaro con penacho de 5 plumas. (Esta historia viene de la entrada anterior y continuará)
El pájaro del peñcho está muy lejos, eso es como no quiero uvas, porque, están verdes. Un paisaje tibio, inspirador.
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