Y pasó volando y le dio tres vueltas una hoja suelta del diccionario de las palabras amadas que algún despechado había desguazado y dejado a merced del viento. La palabra "serendipia", además de hermosa le pareció muy oportuna. Anoté, sí, bien grande, la palabra cuando la encontré junto a su definición en un artículo sobre polinización cruzada. Pero el trazo era flaquito y no se correspondía con su hermosura. Así que la consentí bastante y fue engordando y poniéndose coqueta. Luego apareció el muro de piedra con el corazón oculto, la flor provocadora, el pasto, los tres soles buscadores y finalmente 5 nubecillas.
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