También vio pasar este itinerante árbol sonriente, que le alegró la vida mientras esperaba sin mayores expectativas que picara alguna barracuda. Anteayer no más, sin motivo o tal vez motivado por la ausencia de alegría en mis paisajes interiores, apareció este orondo árbol feliz en la libreta, casi provocador.
Me encanta tu árbol de la alegría, quiero un bosque poblado con esa especie nativa de árboles frente a mi casa. También quiero un florero con esas flores y un frutero repleto de esas jugosas frutas de árbol feliz. Por hoy esta glolsinia no quiere más.
ResponderEliminarQuerida y anónima glosinia. Me alegra y sorprende el entusiasmo con que ha recibido esta entrada de mi blog. No imagina usted el impulso que su mensaje da a mi trasegar con los plumones. Un abrazo agradecido.
Eliminar