Esta pandilla apareció temblorosamente en mi libreta de apuntes una tarde de regreso en la flota para Mirapalcielo. Eran como fotos de cédula. Al pasarlos a la libreta de los matachos, adquirieron esa pinta de bustos de próceres convertidos en mesitas de noche, al decir de mi hijo Lorenzo, y sobre sus cabezas fueron coagulando sus estandartes. Como no sé mayor cosa acerca de quiénes son, les propongo que me ayuden a nombrarlos y a construir sus biografías. Ahí les dejo ese trompo en la uña.
Un blog de dibujos espontáneos que voy haciendo en mi libreta en medio de notas y mapas mentales, al vaivén de los oficios de comunicador, los recuerdos y las emociones; acompañados de breves textos sobre su sentido y las peripecias de su surgimiento.